La Ciudad de México se caracteriza por tener monumentos que son históricos, imponentes y visita obligada en tu paseo por esta bella urbe. El Ángel de la Independencia, es por mucho el monumento más emblemático y chulo de México, ubicado sobre Paseo de la Reforma ha sido durante más de 100 años testigo de eventos musicales, culturales y deportivos. Conoce los detalles históricos y arquitectónicos que lo hacen uno de los más bellos del país.
Símbolo de Independencia
Santa Anna propuso su construcción para ubicarlo inicialmente en lo que hoy es el Zócalo, pero el poco presupuesto no lo permitió; después, Maximiliano de Habsburgo intentó de nueva cuenta construirlo, pero la situación política y económica de México provocó que se postergara. Fue hasta el mandato de Porfirio Díaz que se consolidó el proyecto.
Su construcción se llevó a cabo en dos periodos, el primero de 1900 a 1906, aquí se inició su edificación, pero debido a problemas con la resistencia del suelo (comenzó a hundirse el primer monumento), se tuvo que realizar otro tipo de cimentación. Fue en el segundo periodo de 1908 a 1910 donde se concretó el proyecto, y se inauguró el 16 de septiembre de 1910.
Belleza arquitectónica
El Ángel de la Independencia o la Victoria Alada está inspirada en Niké –la diosa griega de la victoria– y está hecha de bronce y bañada en oro. En la mano derecha porta una corona de laurel, símbolo de la victoria, y en la mano izquierda una cadena rota de tres eslabones que representa los tres siglos de dominio español.