El kiosco Morisco es único en México por muchas razones, te soprenderá conocer más de su historia.
Si alguna vez te has preguntado por qué se hace tanto alboroto por el kiosco Morisco, e incluso has pensado: “sí, está bonito, pero no es para tanto”; después de leer esta reseña tal vez cambies de opinión.
Empecemos por dos características que saltan inmediatamente a la vista: su tamaño, significativamente mayor a cualquiera de los kioscos que hay en las plazas públicas del país; y su diseño arquitectónico mudéjar (también llamado morisco, de ahí su nombre) de forma octagonal. O como dice la mayoría de la gente: “tiene un estilo arabesco”.
Y por supuesto, otra cosa que lo hace único es su historia. El kiosco Morisco fue construido en 1884 en la ciudad de Pittsburgh, Pensilvania, en la Union Mills Foundry, y está hecho de hierro fundido. El Ing. José Ramón Ibarrola lo diseñó específicamente para la World’s Industrial Cotton Centennial Exposition of New Orleans, celebrada entre 1884 y 1885.

En aquella exposición se le llamó el “Palacio Alhambra”, probablemente en alusión a Alhambra, la bella y famosa ciudad andaluz. Otra particularidad del kiosco Morisco es que se puede desmontar completamente gracias a que se construyó con base en mamparas con ensambles.