¡Llegó la hora de poner el altar de Muertos! Esa ofrenda que cada año nos da la oportunidad de sentir esa conexión con los seres que ya estiraron la pata, y mostrarles que aún después de su partida los seguimos recordando.
La ofrenda, una tradición milenaria
En la cultura prehispánica la muerte era considerada una deidad que se veneraba y respetaba; y a través de la ofrenda era la única manera en la que se podía seguir teniendo contacto con los muertos. En esa época las ofrendas eran diferentes a como hoy las conocemos, ya que se utilizaban elementos como sacrificios humanos, cráneos reales y rituales más elaborados. Fue el México Colonial quien le otorgó a la ofrenda de Día de Muertos los elementos con los que estamos más familiarizados.

Ofrenda llena de color y tradición
Elementos de un altar de Muertos
Hoy las ofrendas pueden tener muchas variantes, por ejemplo, la región donde se celebre, el presupuesto, la imaginación de quien la ofrenda y hasta el espacio con el que se cuente; pero eso sí, hay elementos que no deben faltar al momento de ponerla, así que ¡anótale!
Luz
Será la encargada de iluminar el camino de las ánimas, así que debes poner una veladora por cada ser que se ha ido. Ellos la ´toman´ para seguir su camino y así llegar al plano que les corresponde. Dicen que son 7 niveles, y conforme te hayas portado en vida será el plano que te toque.