Esta extraordinaria serie de Netflix (que inexplicablemente no está entre las más vistas y galardonadas del mundo) trata sobre la vida de Rita, una controversial maestra de primaria y secundaria de la escuela Islevgard, en Dinamarca. Sí, en Dinamarca, y ese es uno de los encantos de la serie.
Rita es un personaje complejo y fascinante, sobre todo en esta época de padres sobreprotectores y “niños de cristal” (un término que se ha acuñado recientemente para describir a una generación de infantes de carácter débil e intolerantes a la frustración). Es una maestra inteligente, libre, sarcástica, temperamental y, sobre todo, políticamente incorrecta. Sin embargo, tiene sus contrastes (como cualquier persona), pues en el terreno familiar y sentimental su vida es un completo caos.
Rita contra el mundo
En el segundo capítulo, Helle —la jefa de contratación del colegio y su némesis— le pregunta a Rita por qué decidió hacerse maestra. En un principio no sabe qué contestar, pero al final del episodio da una respuesta brillante que de alguna manera explica de lo que se trata toda la serie: “Me hice maestra para proteger a los alumnos de sus padres”.

Rita es la clase de maestra que los alumnos aman, pero los padres odian
Y para proteger a los niños, Rita no tiene de otra más que confrontar a todo mundo: a los padres, a los alumnos (al niño rico pedante, al chamaco irrespetuoso, al sabelotodo, etc.), a sus compañeros maestros, al director de la escuela (con quien sostiene un amorío), al sistema educativo, a sus propios hijos (Ricco, Jeppe y Molly), a su madre, a sus amantes (sí, a la maestra le gusta coger bien y bonito)… en fin, a quien se le ponga enfrente.