Esta ciudad colonial parece sacada de un paisaje europeo, con un encanto único que se refleja en sus calles de adoquin. En San Miguel de Allende todo se viste en colores terracota, ocres y cafés; es tan pequeña y ordenada que no hay semáforos, y desde el 2008 fue nombrada patrimonio cultural de la humanidad. Visítala, te garantizamos que la amarás.
Templos con estilo europeo
Si algo distingue a San Miguel de Allende es su imponente Parroquia de San Miguel Arcángel, inspirada en la Catedral de Colonia en Alemania, de estilo neogótico. La fachada fue elaborada por el canterero Ceferino Gutiérrez, quién a pesar de no saber leer ni escribir realizó esta belleza con solo ver grabados de 1880. El Templo Santa Casa de Loreto es también una parada obligada, aquí, parte del altar está cubierto de oro y plata. Pon atención a los ojos de la virgen ya que son de rubí. El lugar solo abre los domingos a las 6 de la tarde.
80 % de sus pobladores viven del turismo, por suerte, San Miguel recibe en fines de semana largos alrededor de 25 000 visitantes
San Francisco de Asís es el templo más antiguo y es el favorito para casarse en San Miguel de Allende, aquí se realizan hasta ¡8 bodas cada sábado! Además, en su interior se grabaron varias escenas de la película El Padrecito, con Cantinflas. Estos tres templos son los más conocidos, pero también se destacan el Oratorio de San Felipe Nerí, el Templo del Calvario y el Templo Anglicano de San Pablo, donde se ofrecen las misas en inglés. Recordemos que en San Miguel viven 164 mil extranjeros, quienes eligen esta ciudad para disfrutar como segunda residencia.